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Wandeth Van Grover, MPH

La Peste Bubónica


La peste bubónica es una enfermedad infecciosa aguda causada por la bacteria Yersinia pestis. La bacteria vive en los intestinos de las pulgas y se transmite a las ratas a través de las picaduras de pulgas. Las ratas, por lo tanto, sirven como reservorio natural de la enfermedad, y las pulgas son los vectores. Ocasionalmente, una pulga infectada saltaría hacia un humano e introduciría la bacteria cuando se ingiera sangre. Luego, la bacteria se propagaría a los ganglios linfáticos regionales y se multiplicaría, causando nódulos (bubones) oscuros, sensibles e hinchados, como se muestra a continuación en un niño con una hinchazón del tamaño de una nuez en la cara interna de la parte superior del muslo. A medida que la infección se propagaba, la víctima experimentaba dolor de cabeza, fiebre alta, delirio y, finalmente, la muerte en aproximadamente el 60 % de los casos.

A partir de 1347, Europa experimentó múltiples oleadas de epidemias de peste bubónica que duraron hasta finales del siglo XVIII. Se cree que la peste bubónica se originó en Asia y viajó a lo largo de las rutas comerciales hacia el Mar Negro y luego hacia el Mar Mediterráneo. Desde allí, atravesó Sicilia e Italia y luego ascendió por Francia y los países del norte de Europa hasta Escandinavia. Hubo muchas olas posteriores de peste que barrieron Europa hasta finales del siglo XVIII.

Causa de la Peste y Estrategias para la Prevención No se conocía la causa de la peste, pero había muchas teorías. La explicación más popular fue que fue causado por "miasmas", vapores invisibles que emanaban de pantanos o pozos negros y flotaban en el aire, donde podían ser inhalados. Otros pensaron que se contagiaba por contacto de persona a persona, o tal vez por demasiada exposición al sol, o por envenenamiento intencional. Sin embargo, la teoría del miasma fue la más popular. Uno de los papas mantuvo grandes fuegos encendidos en ambos extremos de la habitación en la que trabajaba para contrarrestar los miasmas.


También había medicinas crudas que se inventaban para prevenir o curar la peste bubónica; uno de ellos era conocido como triaca. Por supuesto, el humo, las hierbas aromáticas y la triaca fueron ineficaces, porque la peste se propagaba principalmente a través de las picaduras de pulgas (aunque a veces las víctimas desarrollaban una neumonía por peste que les hacía toser un aerosol lleno de peste y sangre que podía transmitirse a otras personas por inhalación). ; esta era la forma 'neumónica' de la peste).

Si bien la mayoría creía que la peste era causada por miasmas, el principal modo de transmisión era en realidad a través de las picaduras de pulgas y, en cierto sentido, las verdaderas causas eran el aumento de la densidad de población y la falta de disposición de la basura. Las acumulaciones de basura atrajeron a las ratas y permitieron que la población de ratas se disparara. Las ratas albergaron pulgas y Yersinia pestis durante muchos años sin mayor dificultad, y las epidemias de peste en humanos no ocurrieron hasta que los comportamientos humanos crearon entornos que acercaron a las personas a ratas, pulgas y Yersina pestis. Estas fueron las verdaderas causas de las epidemias de peste.


A primera vista, uno podría achacar la falta de comprensión acerca de la transmisión y las medidas preventivas ineficaces al nivel primitivo de la comprensión científica. Sin embargo, la incapacidad para identificar la causa y la incapacidad para identificar medidas de control efectivas no se debió a la falta de tecnología sofisticada. En cambio, se debió principalmente al hecho de que los humanos aún no habían desarrollado una forma estructurada de pensar sobre los determinantes de la enfermedad. Ciertamente, hubo teorías sobre cómo se propagó la plaga y éstas condujeron a estrategias preventivas, pero ninguna de las teorías o estrategias preventivas o tratamientos se probó jamás mediante la recopilación de observaciones en grupos de personas. La idea de estudiar grupos de personas para probar las asociaciones entre los "factores de riesgo" y los resultados de la enfermedad aún no había evolucionado.

Concepto clave: La falta de una forma sistemática de probar las posibles asociaciones entre exposiciones y resultados ("factores de riesgo" y enfermedad) fue el principal factor que impidió avances en la comprensión de las causas de la enfermedad y el desarrollo de estrategias efectivas para prevenir o tratar la enfermedad.

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